sábado, 29 de mayo de 2010

Matemáticas alrededor: mira la geometría que pisas.

Las propiedades de las figuras geométricas tienen utilidades de lo más cotidiano, pero no por ello menos importantes. ¿Habéis pensado por qué la mayoría de las baldosas son cuadradas y sin embargo las tapas de las alcantarillas son redondas?
Como os decía al hablar de Mosaicos, las baldosas deben recubrir el plano (el suelo) sin dejar huecos ni superponerse. Esto se consigue con cuadrados y también se podría conseguir con triángulos equiláteros o con hexágonos regulares, pero no con círculos que dejarían incómodos huecos. Por eso no hay baldosas circulares. De los tres tipos de baldosas iguales comentados se suele elegir el cuadrado por ser el más fácil de fabricar y colocar.
Pero, ¿qué podría pasar con una tapa de alcantarilla cuadrada?... pues que se podría caer en el interior del agujero que debe tapar, cayendo al fondo de la cloaca (¡puaghh!).
Para entenderlo, usaremos el Teorema de Pitágoras: dibuja la diagonal del cuadrado ABCD y fíjate en uno de los dos triángulos rectángulos que se forman. (ADC y ABC). Si cada lado del cuadrado mide 1, la diagonal AC mide la raíz cuadrada de 2, es decir 1,4142... Así que la diagonal es mayor que el lado. Una tapa de alcantarilla cuadrada en posición atravesada caería dentro. Y lo mismo pasa con las tapas de las ollas... ¡vaya lío si se caen dentro y hay que cogerlas metiendo la mano en la sopa caliente!
Hay una aparente excepción: las tapas de alumbrado público que son cuadradas... pero es que en ese caso no hay profundidad bajo ellas y no hay riesgo de caída que lamentar. Cada cosa tiene la forma adecuada.

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